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Las inteligencias múltiples en la música

  • Foto del escritor: Ander Bilbao
    Ander Bilbao
  • 23 ene 2017
  • 8 Min. de lectura

Cada persona es única e irrepetible y nuestra biología, experiencias, relaciones y emociones conforman nuestra personalidad. Es por ello que la inteligencia no puede definirse como sola capacidad, medida en números, sino como un conjunto interconectado de numerosos y complejos procesos.


Uno de los enfoques más famosos sobre la inteligencia es “La teoría de las inteligencias múltiples” de Howard Gardner. Este autor reconoce que todas las personas tenemos distintas capacidades, pensamos y aprendemos de diferente forma. La inteligencia es un conjunto de talentos, habilidades y capacidades mentales que varían en cada uno de nosotros, y cada una de estas propiedades puede desarrollarse a lo largo de la vida, desde un niño de tres años hasta un anciano de 80. La teoría de Gardner postula ocho tipos de inteligencia: lingüística, lógico-matemática, espacial, musical, corporal-cinestésica, intrapersonal, interpersonal y naturalista.


Independientemente de las capacidades intelectuales de las personas, creo firmemente en que hay dos claves fundamentales para el éxito en la educación las personas, y defiendo que es necesario enseñar bajo estos dos principios, sea cual sea la materia que expongamos o la didáctica empleada.


  1. Pasión, que se traduce en la educación a través de las emociones para así desarrollar una motivación intrínseca en las personas.

  2. Tolerancia a la frustración, aprender que no todo se adquiere de forma rápida y sencilla, en ocasiones conseguir un objetivo o desarrollar una habilidad requiere de mucho tiempo y esfuerzo. Deberíamos invertir mucho más dinero en enseñar a desarrollar esta habilidad en los niños y adultos, tener una alta tolerancia a la frustración es un predictor de éxito y una prevención de actos impulsivos.


He conocido a buenos guitarristas y docentes que explican cómo aprender la música a través de tres capacidades diferentes; visual, auditiva y motriz. Este método se encuentra muy estandarizado entre bastantes músicos y consiste en desarrollar tres capacidades diferentes a la hora de tocar un instrumento.


  1. Memoria Visual, ver lo que estamos tocando en nuestro instrumento

  2. Memoria Auditiva, memorizar el sonido y las distancias entre las notas.

  3. Memoria Motriz, adquirir el movimiento de manera casi inconsciente sobre lo que estamos tocando.


Entender el aprendizaje musical bajo este método creo que presenta ciertas limitaciones debido a que no tiene en cuenta otras capacidades individuales de los estudiantes. La música es un proceso global y diferente en cada uno de nosotros y requiere del uso de la mayoría de nuestras facultades cognitivas.


Es curioso ver como no necesariamente los estudiantes más aventajados son los que mayor inteligencia musical tienen, esto se debe a que a la hora de tocar, hay una serie de procesos interconectados que se aplican; la memoria, capacidad espacial, razonamiento lógico-matemático… todos se llevan a cabo a la vez y juegan un papel fundamental a la hora de tocar un instrumento, por esa razón creo que la música ha de educarse teniendo en cuenta las muchas y diversas capacidades intelectuales.


Inteligencia musical

Tradicionalmente la inteligencia musical se ha definido como: “La capacidad de percibir, discriminar, transformar y expresar las diferentes formas musicales, que corresponden con el tono, timbre y ritmo”. Su ubicación se encuentra principalmente en el hemisferio derecho, en el lóbulo frontal y temporal. Howard Gardner expone una definición bien diferente: “Facilidad en la composición, interpretación y transformación de la música y los sonidos”.


Para mí esta facultad presenta dos definiciones completamente distintas, y cada una de ellas habla de procesos aislados, por un lado, se encuentran; el reconocimiento de notas, tonos (distancias) y ritmos, que corresponden a la inteligencia musical. Por otro lado, nos encontramos con las facultades de interpretación, composición e improvisación, cada una de ellas establece procesos neurológicos diferentes y requieren del uso del resto de inteligencias para desarrollarse.


Inteligencia lingüística


Es la inteligencia que abarca la lectura, la escritura, la escucha y el habla. “Es la capacidad para el lenguaje escrito y oral y para poder usar eficientemente el lenguaje”. Esta facultad utiliza ambos hemisferios del cerebro, pero está ubicada principalmente en el hemisferio izquierdo, en el Área de Broca.


En el lenguaje, las unión de sílabas originan palabras, que a su vez forman frases y estas frases bien conjugadas expresan ideas. De alguna manera podemos comparar el lenguaje musical con el léxico y la armonía con la sintaxis. Hoy en día todo el mundo ha estudiado nociones básicas de gramática, pero hace cien años la gente que no tenía una educación básica también sabia emplear el lenguaje para expresar ideas. Ahora bien, ser consciente de todo ese léxico y de su sintaxis nos ayuda a expresarnos mejor, es por eso que estudiar las normas de la música nos hace expresarnos mejor con nuestro instrumento, hay que establecer este proceso primero de forma consciente para luego poder hacerlo inconscientemente. Cuanto más se ejercite la lectura, más vocabulario se adquiere y mejor se aprende a emitir ese vocabulario con un determinado orden.


La música es un lenguaje, al mantener una conversación con alguien estas improvisando tus palabras, no sabes que vas a decir, luego te expresarás mejor o peor, ocurre lo mismo con el lenguaje musical, es por eso que siempre animo a mis alumnos a leer o a expresarse mejor cuando me cuentan una historia, también es parte de la música. Suelo bromear diciendo que estudiar latín en el colegio, es como estudiar blues de los años 30-40 para un músico de Rock-Metal, aprovecho este momento para recordaros a todos los adolescentes a que deis importancias a la materia que aprendéis en el colegio, es importante aunque aún no sepáis el porqué.


Inteligencia lógico-matemática


“Es la capacidad de usar los números eficazmente, del razonamiento lógico y de la resolución de problemas”. Las habilidades de solución de problemas lógicos, producir, leer e interpretar signos matemáticos corresponden al hemisferio izquierdo, el uso de estos conceptos numéricos de una forma general lo lleva a cabo el hemisferio derecho y el lóbulo parietal izquierdo.


En la música esta inteligencia corresponde al componente más analítico, que nos ayuda a memorizar canciones, arreglos y progresiones de acordes. Es importante trabajarla para poder entender la música, y saber cómo aplicar nuestro propio fraseo a los diferentes estilos de música. Muchos músicos se encuentran atascados porque no saben cómo desarrollar su “Creatividad musical”, si os veis en esa fase, esté es un campo excelente para trabajar.


He oído decir a muchos musicólogos que John Coltrane era un genio, para mí era un músico excepcional que desarrolló esta capacidad y supo muy bien cómo aplicarla a la hora de tocar y componer, si escuchas Giant Steps entenderás a lo que me refiero. Otros músicos increíbles en este campo fueron el pianista Bill Evans y el guitarrista Pat Martino. Os recomiendo ver una entrevista de Bill Evans “El proceso del aprendizaje musical”, él reconoce que al no encontrar una facilidad inmediata en la música tuvo que ser más analítico, más racional y que eso supuso una ventaja para él, su perspectiva sobre la música ha sido una gran influencia para mí.

Inteligencia espacial

“Es la capacidad de formar e imaginar dibujos en dos y tres dimensiones”. Es la habilidad que nos ayuda a orientarnos en el espacio, a observar el mundo y los objetos desde diferentes perspectivas, se encuentra asociada generalmente en el área derecha del cerebro.


Las técnicas de “visualización” nos permiten imaginar los diferentes acordes, inversiones, arpegios y escalas de la guitarra, este proceso ha de adquirirse conscientemente para desarrollarlo inconscientemente. Me gusta comparar las técnicas de visualización de la guitarra con las del piano, la facilidad que tenemos con nuestro instrumento es que solamente tenemos que desplazar verticalmente estas formas en relación a la tonalidad, este proceso es más complejo en un piano. Ahora bien, nos encontramos con un instrumento tridimensional cuyas propiedades nos brindan una infinidad de posibilidades en las inversiones de los acordes, si lo comparamos con un piano, que es instrumento vertical, no da lugar a tantas opciones con las inversiones. La orientación espacial de la guitarra nos permite formas a las que ningún otro instrumento llega, es por eso que el desarrollo de esta capacidad dura toda una vida.


La inteligencia espacial ayuda a la lógico-matemática, ver la música nos ayuda a comprenderla mejor y esa es la principal razón por la que animo a desarrollar esta habilidad.


Inteligencia corporal, cinestésica


“Capacidad de usar el cuerpo o una parte de él para expresar ideas, aprender, resolver problemas, realizar actividades o construir productos”. Se encuentra en el cerebelo, los ganglios basales y la corteza motriz.

Consiste en las habilidades corporales, motrices y de coordinación, las cuales mayoritariamente se dividen en dos tipos de actividades diferentes y que corresponden a procesos neurológicos distintos.

  1. Coordinación rítmica: expresión corporal de la interpretación rítmica.

  2. Memoria motriz: Aprendizaje de posiciones de acordes, arpegios y escalas.

Hablamos de dos capacidades distintas, por un lado se encuentra la coordinación rítmica que supone la “expresión corporal de la interpretación del ritmo”. Mucho cuidado con esta definición porque implica que, por una parte, podemos entender el ritmo de una forma consciente o inconsciente y por otra parte, tenemos que saber cómo expresarlo, son procesos independientes que hay que enseñar a desarrollar consecutivamente.


La memoria motriz es un proceso que ha de aprenderse de una forma consciente, para desarrollarla de manera inconsciente; con acordes, arpegios, escalas, frases y resoluciones, no dejo de repetirme con la idea de hacer consciente lo incosnciente, pero es una idea que quiero que quede clara, o como digo a mis alumnos para dar un mayor énfasis a una idea, -clarisisima-.


Inteligencia interpersonal


Es la “capacidad para relacionarnos con la gente, para interpretar palabras, gestos, objetivos de otras personas, nos ayuda a empatizar con las demás personas”. A las personas con alta inteligencia interpersonal les gusta conversar, aprenden en grupos o parejas y disfrutan realizando actividades con más gente.


Es una habilidad que facilita el aprendizaje musical en grupo, ayuda a escuchar a los demás en lugar a uno mismo y facilita el uso de las habilidades personales para la relación musical. Es importante aprender con otras personas, ver como ellos avanzan y practican nos hace mejorar y la interacción entre ambos permite el desarrollo de capacidades rítmicas, auditivas, melódicas… en definitiva es fundamental tocar y aprender en grupo.

Inteligencia intrapersonal


“Capacidad para conocerse a uno mismo; entender, discriminar y explicar las propias emociones para dirigirlas a acciones y lograr objetivos en la vida”. Trata sobre la conexión con uno mismo, la habilidad de controlarnos internamente, ser capaces de analizar nuestros sentimientos, emociones y reflexionar sobre ello.


La introspección es una facultad necesaria para todo músico profesional, virtuoso o simplemente para alguien que quiera mejorar con su instrumento. En una clase con Tony Martínez (Tony Waka, uno de los mejores guitarristas de Rock de España), él me dijo que una de las claves de su éxito es el de tocar muchas horas eficazmente, esto supone ser muy consciente de todos los procesos que estoy llevando a cabo cuando toco un instrumento. Es fundamental pararse unos minutos a ver cómo estoy tocando, cual es mi movimiento de mano derecha, izquierda, ver en qué situaciones realizo estos movimientos de forma diferente... Esa inversión de 15 minutos puede hacernos mejorar más que tocar 8 horas seguidas, es un proceso de “introspección”. La introspección supone hacer consciente lo inconsciente, para desarrollar correctamente un trabajo inconsciente. En psicología positiva se llama como “El darse cuenta”.


Conocer nuestro vocabulario musical, de donde procede y cuando podemos utilizarlo es una parte importante de nuestra educación musical y para ello hace falta un proceso introspectivo bastante laborioso. Analizar que pensaron o sintieron determinados músicos para adquirir las habilidades que tienen, para componer su música es un procedimiento que para mí ha sido determinante en mi forma de tocar y de entender, recomiendo a todo el mundo hacerlo. Me gusta comparar todo este proceso con como nuestras emociones y nuestra historia determinan quien somos hoy en día, ocurre lo mismo con la música y eso es algo que me apasiona.


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© 2016 by Ander B. Escasain

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